RIKI, LA DEDICACIÓN PUESTA AL SERVICIO DE LOS DEMÁS
Esta semana hemos tenido la gran alegría de tener de vuelta a nuestro hermano Menesiano, compañero y amigo Enrique Alarcia, el hermano Alarcia o Riki para los amigos.
EL pasado 11 de enero de 2018, Riki, después de muchos años en España habiendo sido durante su trayectoria profesional director, jefe de estudios, profesor y educador, nos deja para apoyar el proyecto Menesiano en Sudamérica. Nos cuenta en la charla que ha tenido con los chicxs, que cuando se lo proponen, él no se lo espera y que pregunta ¿y qué puedo hacer yo allí…? y la respuesta que le dieron es, “lo que mejor sabes hacer que es apoyar, acompañar y ser tu mismo…” Los que conocemos un poco a Riki sabemos a qué se refería el Provincial cuando le dice estas palabras. El caso es que no pone ninguna objeción, sino que se pone al servicio de los Hermanos Menesianos, para una vez más, cumplir con lo que le encomiende, porque para él, su vida es la dedicación a los demás, y si allí lo necesitan, pues allí se va.
Un año después ha regresado. Un año que para los que hemos estado, cómo él dice “acá”, ha sido demasiado largo y echándolo de menos, pero a la vuelta y viendo la charla que ha tenido con los jóvenes, entendemos que personas como él hacen falta en todos los sitios. Nos cuenta que la vida allí es muy diferente, que no se tiene, como es lógico, todo lo que tenemos en España, aunque como nos cuenta, otra cosa no habrá, pero el móvil parece que también ha llegado a todos los lugares. Nos sitúa primero dónde ha desarrollado su labor, mayoritariamente en Chile, pero también en Argentina. Nos cuenta que no sabe cómo, pero desde el primer día ya todos le identifican como Hermano Menesiano y dice…”¿pero, cómo es posible, si recién sólo acabo de aterrizar…?” Sin ningún lujo, pero con mucho entusiasmo ha compartido vida con estudiantes, familias necesitadas, trabajadores y Hermanos allí residentes. ¿Su tarea? La que se necesitase en cada momento. Nos enseña fotos de sus andaduras, nos muestra como los lujos en el colegio son una cancha con cemento y un “techado” (una cancha que hace poco cubrieron a modo de pabellón para hacer sus reuniones y actividades). Como la vida humilde y sencilla se abre paso día a día, con un huerto, con una granja, con la ilusión por acompañar a los jóvenes estudiantes que van a presentar sus creaciones a concursos, acompañados por los Hermanos Menesianos y compartiendo vida con ellos. Como en los lugares más necesitados, donde una familia vive en un barracón de obra de 3x5 metros, también los Hermanos se hacen presentes y prestan su ayuda y llevan lo que pueden a cada una de las personas que se lo piden. Vemos como la vida sin “tantas distracciones”, hace que las personas a la mínima oportunidad, se apresuren para compartir momentos, para compartir un “tesito”, o unos dulces o simplemente una conversación. Vemos como las personas, los familiares de los estudiantes, se unen, aúnan fuerzas y crean talleres de diversas cosas como cocina o como bolsos con chapitas de refrescos entrelazados. Nos muestra como compartir para ellos es una alegría, un motivo de decorar, de poner todo bonito. Las personas “allá” buscan en cualquier rincón la manera de salir adelante, por ello, dice Riki, que no es raro ver como en cualquier sitio hacen un negocio, en el que por la misma te cambian un neumático, te venden un refresco helado o te sirven algo de comer.
Una charla que nos mantiene con los ojos muy abiertos, sin perder detalle de lo que nos cuenta, viendo fotos, escuchando anécdotas, sintiendo que algo muy grande se ha traído Riki de Chile.
Tal como nos cuenta, la casa de los hermanos en Chile, está siempre abierta para que cualquiera que necesite algo en cualquier momento, simplemente avisando que se entra, pero con la confianza de que su casa es la de todos, algo que demuestra mucho del carácter y la manera de vivir de los Hermanos.
Solo podemos darte las gracias por seguir siendo un ejemplo para todos después de tantos años. Tú nos has servido a muchos de inspiración y sigues haciéndolo aún con el paso de los años. Demuestras en cada paso que das, que llevas la misión, visión y valores de los Hermanos Menesianos como algo primordial en tu vida allí donde estás y por ello solo podemos agradecerte y animarte a que no dejes de hacerlo.
Gracias y bienvenido de nuevo a Zamora.